¿Trabajar o no trabajar? He ahí el dilema. La respuesta a ese dilema en la mente de la mayoría de las personas es el AGOTAMIENTO.

Después de haber estado trabajando durante mucho tiempo, después de haber sido maltratado considerablemente en el empleo, uno empieza a sentir que seguir trabajando estaría más allá de su capacidad de resistencia. Está cansado. Pensar en hacer ciertas cosas le cansa. Piensa en aumentar su energía o en ser capaz de esforzarse para avanzar sólo un poco más. Y si lo hace, está pensando en la dirección equivocada, ya que la solución al agotamiento tiene poco que ver con la energía, si es que tiene algo que ver con ella.

El agotamiento es un tema muy importante no sólo para el individuo que se está ganando la vida, sino también para el estado.

Scientology ha demostrado de manera bastante completa el hecho de que la decadencia del individuo empieza cuando ya no puede trabajar. Todo lo que se necesita para degradar a alguien o causarle un trastorno es impedirle que trabaje. Hasta la policía acaba de reconocer este principio básico de Scientology: que el principal problema del criminal es que no puede trabajar. Y la policía ha empezado a buscar este factor en un individuo al establecer su criminalidad.

El tema del agotamiento es también el tema del “trabajo impedido”. En el caso de soldados y marinos hospitalizados durante la guerra, se encuentra que unos meses en el hospital tienden a quebrantar la moral del soldado o del marino hasta el grado de convertirlos en elementos de dudosa valía al volver al servicio. Esto no es necesariamente el resultado de que sus facultades hayan disminuido. Es el resultado combinado de las lesiones y la inactividad. Se ha descubierto que el soldado herido que recibe atención en un hospital cercano “al frente”, y se le hace volver al servicio tan pronto como pueda cumplir de alguna manera con su deber, conserva en gran medida su moral. Por supuesto, la lesión recibida tiende a alejarlo del nivel de acción que él antes consideraba óptimo. Pero aun así, se encuentra en mejor forma que el soldado al que envían al hospital en “la retaguardia”. Al soldado que se envía a un hospital en la retaguardia se le está diciendo, desde su punto de vista, que no es particularmente necesario para la guerra.

Al no entenderse realmente estos principios, comenzó a emplearse la palabra “agotamiento” relacionándola con “neurosis”. Ahora, esto se basaba en el hecho de que la gente neurótica simplemente parecía agotada. No existía ninguna otra relación. En realidad una persona a quien se le ha negado su derecho a trabajar, en especial una persona que se ha lesionado y luego se le ha negado el derecho a trabajar, con el tiempo se sentirá agotada.

En Scientology se descubre técnicamente que no existe tal cosa como una “disminución gradual, de la energía de un individuo, cuando él hace uso continuo de ella”. Uno no se agota simplemente porque haya trabajado demasiado tiempo o demasiado duro. Se agota sólo cuando trabaja durante el tiempo suficiente para reactivar el dolor y la emoción de la mala experiencia pasada de una antigua lesión. Una de las características de esta lesión será el “agotamiento”. Entonces, el agotamiento crónico no es el producto de largas horas y ardua dedicación. Es el producto de la acumulación de las conmociones y lesiones inherentes a la vida, quizás cada una con una duración de sólo unos segundos o unas cuantas horas, y que en total, quizás no sobrepasen unas cincuenta o setenta y cinco horas. Pero esta acumulación; la acumulación de lesiones, rechazos y conmoción, al final conduce a una completa incapacidad para hacer nada.

Por tanto, el agotamiento puede inculcarse en una persona, negándose a permitirle tener un sitio en la sociedad siendo niño. O se le puede introducir a la fuerza a un individuo por medio de las diversas lesiones o conmociones que pueda recibir debido a sus actividades específicas. Al limpiar cualquiera de estos dos puntos, habrás limpiado el tema del agotamiento. El agotamiento es, por lo tanto, un tema para un profesional de Scientology, ya que sólo un scientologist puede resolverlo adecuadamente.

Existe, no obstante, un punto que se encuentra por debajo del agotamiento. Es el punto de no saber cuándo se está cansado. Un individuo puede convertirse en una especie de títere frenético que continúa trabajando, trabajando y trabajando sin darse cuenta siquiera de que está trabajando, y repentinamente sufre un colapso a causa de un cansancio que no estaba experimentando.

Aquí la persona ha fracasado en controlar las cosas. Finalmente, ya no es capaz de manejar nada que se asemeje siquiera a las herramientas de su oficio o al entorno de trabajo y por tanto, no es capaz de vivir en ese entorno ni de manejar esas herramientas. Entonces, se le pueden lanzar al individuo muchas reprimendas severas al respecto. Pueden llamarlo “perezoso”, pueden llamarlo “vago” o pueden llamarlo “criminal”. Pero la verdad del asunto es que no es más capaz de corregir su propia condición (sin ayuda experta) de lo capaz que sería para sumergirse hasta el centro de la Tierra.

Existen, sin embargo, algunos métodos para recuperar la energía y el entusiasmo por trabajar a falta de una consulta con un profesional de Scientology. Estos métodos son relativamente simples y muy fáciles de entender.

Extroversión e Introversión

Tenemos, en Scientology, algo que llamamos INTROVERSIÓN.

Y, otra cosa que llamamos EXTROVERSIÓN.

La introversión es algo simple. Significa “mirar hacia dentro demasiado a fondo”.

Y la extroversión también es algo simple. Sólo significa “ser capaz de mirar hacia afuera”.

Podría decirse que existen “personalidades introvertidas” y “personalidades extrovertidas”. La personalidad extrovertida es aquella que es capaz de mirar a su alrededor en el entorno. La personalidad introvertida sólo es capaz de mirar hacia dentro de sí misma.

Una persona que es capaz de mirar al mundo que le rodea y verlo como algo muy real y muy brillante, se encuentra, por supuesto, en un estado de extroversión. En otras palabras, puede “mirar hacia afuera”. También puede trabajar. También puede ver situaciones y manejar y controlar lo que tiene que manejar y controlar y puede mantenerse al margen y observar lo que no tiene que controlar y estar interesado en ello, en consecuencia.

La persona que está introvertida es la que probablemente ha sobrepasado el agotamiento desde hace tiempo. Su atención se ha ido enfocando cada vez más cerca de sí misma (básicamente por lesiones antiguas que todavía pueden ejercer su influencia sobre ella) hasta que, de hecho, está mirando hacia dentro y no hacia fuera. Está huyendo de los objetos sólidos. No ve una realidad en otras personas ni en las cosas que le rodean.

Hablemos ahora del tema del trabajo en sí.

El trabajo es “la aplicación de la atención y la acción a personas u objetos situados en el espacio”.

Cuando alguien ya no es capaz de confrontar personas u objetos o no es capaz de confrontar el espacio en el que están situados, empieza a tener una sensación de estar “perdido”. Comienza a andar entre brumas. Las cosas no le son reales y es relativamente incapaz de controlar lo que le rodea. Tiene accidentes, tiene mala suerte, las cosas se vuelven contra él simplemente porque no las está manejando ni controlando o ni siquiera las está observando correctamente. El futuro le parece muy malo, tan malo que a veces no puede afrontarlo. Podría decirse que esta persona está gravemente introvertida.

En el trabajo, su atención está absorta en objetos que por lo general se encuentran cuando mucho, a sólo un metro de él. Presta su mayor atención a cosas que están al alcance de sus manos. Esto aleja su atención de la extroversión, y la pone en cierto punto de enfoque frente a su cara. Su atención se fija ahí. Si esto coincide con alguna antigua lesión, incidente u operación, es probable que también fije su atención en algún momento del pasado y se reactive alguna mala experiencia pasada de manera que sienta los dolores y enfermedades, y la sensación de cansancio, apatía o subapatía que tuvo durante el momento de la lesión. Como su atención está clavada ahí continuamente, por supuesto tiene la tendencia a mirar sólo ahí aun cuando no esté trabajando.

Tomemos el caso de un contador. Sus ojos dirigen la mirada a los libros, a una distancia fija. A la larga, se vuelve “miope”. En realidad no se vuelve miope, sino que se convierte en “librope”. Sus ojos se fijan con más facilidad en un punto situado a una distancia determinada. Ahora bien, al fijar su atención ahí, tiende a retirarse también de ese punto hasta que al final de hecho ni siquiera alcanza sus propios libros. Entonces se pone lentes para poder ver los libros con más claridad. Su visión y su atención son casi lo mismo.

Una persona que tiene continuamente frente a sí, a una distancia fija, una máquina, libros u objetos, al salir del trabajo, tiende a mantener su atención fija exactamente donde estaba su trabajo. En otras palabras, su atención jamás abandona el trabajo en lo más mínimo. Aun cuando se vaya a casa, en realidad todavía sigue “sentada en la oficina”. Su atención continúa fija en el entorno de su trabajo. Si este entorno coincide con alguna lesión o accidente (¿y quién no tiene por lo menos uno?) empieza a sentir cansancio o fatiga.

¿Hay un remedio para esto? Por supuesto, sólo un profesional de Scientology podría arreglar por completo esta dificultad. Pero sí hay algo que el trabajador puede hacer.

Ahora bien, esto es lo que no se debe hacer, sin importar si uno es tenedor de libros, contador, oficinista, ejecutivo o trabaja con una máquina. Lo que no se debe hacer es salir del trabajo, ir a casa, sentarse y fijar la atención en un objeto situado más o menos a la misma distancia que confronta constantemente en el trabajo.

Por ejemplo, en el caso de un capataz que continuamente habla con los trabajadores que están a cierta distancia de él, lo incorrecto sería irse a casa y hablar con su mujer a la misma distancia. Lo primero que se encontrará su mujer es que estará recibiendo órdenes ¡como si fuera un trabajador más del taller!

Lo que definitivamente sería incorrecto es irse a casa, sentarse a leer el periódico, cenar e irse a la cama. Si un hombre practicara la rutina de trabajar todo el día y luego se sentara “a descansar” con un libro o un periódico por la noche, es seguro que tarde o temprano empezaría a sentirse bastante agotado. Y luego, poco después, se sentiría aún peor y ni siquiera le sorprendería el hecho de no estar dispuesto a llevar a cabo tareas que en otro tiempo le resultaban muy fáciles.

¿Hay algo correcto que se pueda hacer? Sí, lo hay. Un individuo que continuamente tiene la atención fija en algún objeto del trabajo debería fijar su atención de otra forma después de las horas laborales.

Dar un Paseo

Existe un procedimiento de Scientology conocido como:

DAR UN PASEO.

Es un proceso muy fácil de realizar.

Cuando uno se siente cansado al terminar su trabajo, debe salir y caminar alrededor de la manzana hasta sentirse descansado aunque sólo pensar en hacerlo sea casi todo lo que pueda tolerar antes de caer tendido al suelo. En resumen, debe caminar alrededor de la manzana y mirar las cosas hasta que vea las cosas que se encuentran cerca de donde camina. No importa cuántas veces camine alrededor de la manzana, debe hacerlo hasta que se sienta mejor.

Un remedio simple para el agotamiento es “dar un paseo”. La persona tan sólo camina alrededor de la manzana y mira cosas.

Según continúa caminando alrededor de la manzana y mira cosas…

… pueden desaparecer las sensaciones de cansancio, lo que hace que la persona se sienta con más energía.

Al hacer esto, se encontrará que uno se sentirá un poco más despierto al principio y luego mucho más cansado. Se sentirá lo suficientemente cansado como para “saber” que ahora debería irse a la cama y dormir bien toda la noche. Pero este no es el momento para dejar de caminar, ya que uno está caminando a través del agotamiento. Está “eliminando su agotamiento por medio del paseo”. No está resolviendo el problema del agotamiento mediante ejercicio físico. El ejercicio físico siempre le ha parecido a la gente el factor más importante, pero el ejercicio físico es relativamente de poca importancia. El factor importante es hacer que su atención deje de estar fija en su trabajo y ponerla en el mundo material en el que vive.

Las masas son reales. Para incrementar la afinidad y la comunicación propias, es de hecho necesario ser capaz de confrontar y tolerar masas. Por lo tanto, se encontrará que caminar alrededor de la manzana y mirar los edificios subirá a la persona en la escala. Cuando alguien está tan cansado que apenas se puede arrastrar, o tan cansado que se encuentra demasiado inquieto como para poder descansar en absoluto, lo que en realidad hace falta es que confronte masas. Simplemente está bajo en la Escala Tonal. Incluso es dudoso que exista el llamado “descenso de energía física”. Naturalmente, hay un límite para este proceso. Uno no puede trabajar todo el día, caminar toda la noche alrededor de la manzana, ir a trabajar de nuevo al día siguiente y esperar sentirse aliviado. Pero, desde luego, se debería dedicar cierto tiempo a extrovertirse después de haberse introvertido todo el día.

Dar un Paseo es, dentro de lo razonable, casi una panacea o curalotodo.

Si uno se siente antagonista hacia su esposa, ¡lo que no hay que hacer es “darle una paliza”! Lo correcto es salir y caminar alrededor de la manzana hasta que se sienta mejor y hacer que ella también camine alrededor de la manzana en la dirección contraria hasta que se logre una extroversión de la situación, ya que se descubrirá que todos los conflictos domésticos, en especial entre personas que trabajan, se originan por fijar excesivamente la atención en el trabajo y en las situaciones relacionadas con él (no porque las personas se hayan esforzado demasiado). Uno no logró controlar ciertas cosas en el entorno laboral. Luego llega a casa y trata de encontrar algo que pueda controlar. Generalmente es el cónyuge o los hijos. Y cuando fracasa incluso en esto, tiende a descender mucho en la escala.

La extroversión de la atención es tan necesaria como el trabajo en sí. En realidad no tiene nada de malo introvertir la atención ni trabajar. Si uno no tuviera algo que le interesara, se desmoralizaría por completo. Pero si trabaja, encontrará que existe una tendencia a que ocurra un cansancio que no es natural. Cuando suceda esto, la solución no es “caer en la inconsciencia” durante unas cuantas horas (como al dormir), sino extrovertir realmente la atención y después tener un sueño verdaderamente relajante.

Estos principios de introversión y extroversión tienen muchas ramificaciones. Y aunque Dar un Paseo es casi ridículo en su simplicidad, existen muchos procedimientos de Scientology mucho más complicados en caso de que uno deseara ponerse más complicado. Sin embargo, Dar un Paseo por lo general resolverá una enorme cantidad de dificultades relacionadas con el trabajo.

Recuerda que, al hacerlo, uno se siente más cansado al principio y después se sentirá más fresco. Los atletas se han percatado de este fenómeno. Se le llama “segundo aire”. Este segundo aire es, en realidad, percibir suficiente entorno y masa para “eliminar” el agotamiento de la última carrera. No existe tal segundo aire. Lo que sí existe es un retorno a la extroversión en el mundo físico en que uno vive.

Observar a la Gente

Hay un proceso similar a Dar un Paseo conocido como:

OBSERVAR A LA GENTE.

Si uno ha estado todo el día hablando con personas, ha estado vendiendo o ha tratado con personas difíciles de tratar, lo incorrecto es huir de toda la gente que hay en el mundo.

El individuo que experimenta demasiada tensión cuando maneja gente, ha tenido grandes dificultades con la gente. Quizás esa persona ha sido operada por médicos y su visión borrosa de ellos cuando estaban de pie en torno a la mesa de operaciones, hace que identifique a “toda la gente” con los “médicos” (es decir, a toda la gente que está de pie). A propósito, esta es una de las razones por las que la sociedad aborrece tanto a los médicos, pues insisten en prácticas llamadas cirugía y anestesia, y estos incidentes llegan a entrelazarse con incidentes cotidianos.

Una persona puede sentirse agotada por el contacto con otras personas.

Un remedio es que camine entre una multitud de personas en un área, fijándose en ellas al caminar.

Al mirar a más y más personas…

...descubrirá que se siente más amable hacia ellas. Puede desaparecer por completo cualquier sensación de tensión excesiva hacia la gente.

El que uno se agote a causa del contacto con las personas se debe a que su atención se ha fijado en ciertas personas, mientras pensaba que su atención debería dirigirse a otras. Y esta tensión de la atención de hecho ha reducido el número de personas que estaba observando.

El remedio para esto es muy simple. Uno debe ir a un lugar que esté muy concurrido (como una estación de ferrocarril o una calle importante) y simplemente pasear por la calle observando a la gente. Sólo mirar a la gente, eso es todo. Después de un tiempo, se encontrará, que uno siente que la gente “no es tan mala” y tiene una actitud mucho más amable hacia ella. Pero lo más importante es que la situación laboral de sentir una tensión excesiva con respecto a la gente tiende a desaparecer si se adopta la práctica de hacer esto cada tarde durante algunas semanas.

Esta es una de las cosas más inteligentes que puede hacer un vendedor, ya que un vendedor, más que ningún otro, tiene un interés personal en poder tratar con la gente y lograr que hagan exactamente lo que él quiere que hagan (es decir, comprar lo que él vende). Conforme el vendedor fija su atención en sólo un cliente más, se cansa sólo ante la idea de hablar con la gente o de vender, baja a niveles emocionales más bajos en todas sus actividades y operaciones, empieza a considerarse como un estafador, y a la larga no se considera a sí mismo nada en absoluto. Él, como los demás, debería simplemente encontrar lugares concurridos y pasear por ellos mirando a la gente. Después de un tiempo, encontrará que la gente en realidad existe y que no es tan mala.

Una de las cosas que les suceden a las personas en altos puestos gubernamentales es que continuamente “se les protege” de la gente. Y a la larga llega a disgustarles mucho todo el tema y es posible que hagan toda clase de cosas extrañas. (Véanse las vidas de Hitler y Napoleón).

Aplicación General

Este principio de introversión y extroversión podría llegar mucho más lejos de lo que llega en la sociedad. Hay algo (que los gobiernos y las empresas en general podrían hacer) que probablemente erradicaría la idea de las huelgas y aumentaría en gran medida la producción. Por lo general, los trabajadores que hacen huelga, no están descontentos con las “condiciones laborales” sino con el trabajo en sí. Se sienten víctimas. Sienten que se les obliga a trabajar en momentos en los que no quieren trabajar. Y una huelga llega como un verdadero alivio. Pueden luchar contra algo. Pueden hacer algo más que quedarse ahí y juguetear con una máquina o con libros de contabilidad. Los trabajadores insatisfechos son los que se declaran en huelga. Si la gente se agota en el trabajo, si la gente no está satisfecha con el trabajo, si la gente está disgustada con el trabajo, puede darse por hecho que encontrará una cantidad suficiente de motivos de queja para ir a la huelga. Y si la gerencia experimenta dificultades y falta de cooperación por parte de los que ocupan puestos inferiores en la cadena de mando, es seguro que tarde o temprano esa gerencia creará situaciones que harán que los trabajadores vayan a la huelga. En otras palabras, las malas condiciones del trabajo no son realmente la razón de los problemas y conflictos laborales. La fatiga del trabajo en sí, o la incapacidad para controlar el área y los entornos del trabajo, son la verdadera causa de las dificultades laborales.

Cualquier gerencia que cuente con suficientes ingresos para hacerlo pagará salarios laborales justos si no es terriblemente irracional. Y cualquier trabajador a quien se le dé una mínima oportunidad, desempeñará sus labores con agrado. Pero una vez que el entorno en sí se vuelve excesivamente tenso, una vez que la compañía en sí se introvierte por “actos hostiles” del gobierno, una vez que se les ha mostrado a los trabajadores que no tienen ningún control sobre la gerencia, después de eso, pueden ocurrir disputas laborales. Sin embargo, por debajo de todos estos principios obvios están los principios de la introversión y la extroversión. Los trabajadores llegan a introvertirse tanto en sus tareas que ya no son capaces de tener afinidad por sus líderes y de hecho no son capaces de ver el entorno en que trabajan. Por lo tanto, puede venir alguien y decirles que “todos los ejecutivos son unos ogros”, lo que obviamente no es verdad. Y en el nivel ejecutivo, alguien puede venir y decir que “todos los trabajadores son unos ogros”, lo que obviamente tampoco es verdad.

A falta de un tratamiento general para cada individuo, lo que es una tarea gigantesca, podría desarrollarse todo un programa que manejara el principio de la introversión. Es seguro que si los trabajadores o los gerentes se introvierten lo suficiente, encontrarán maneras y medios de inventar juegos irracionales (como las huelgas), y así trastornarán la producción, las relaciones decentes y las condiciones de vida dentro de la fábrica, la oficina o la empresa.

El remedio sería extrovertir a los trabajadores en una escala muy amplia. Esto podría hacerse como una solución, haciendo que fuera posible que todos los trabajadores tuvieran dos empleos. Para esto, sería necesario que la compañía o los organismos relacionados (como el gobierno) hicieran disponibles suficientes “proyectos de obras públicas” para proporcionar trabajo a los trabajadores fuera de sus áreas exactas de especialización. En otras palabras, una persona que tuviera que trabajar continuamente bajo techo en una tarea demasiado fija, experimentaría un alivio considerable si pudiera salir al exterior y trabajar; especialmente en alguna tarea que no tuviera relación alguna con su otro trabajo.

Por ejemplo, para un contador significaría un alivio considerable cavar zanjas durante un rato. Al operario de una máquina fija, le resultaría una experiencia muy agradable conducir un buldózer.

Por tanto, un plan de este tipo, se ocuparía realmente de la introversión y la extroversión a gran escala y pondría en efecto este principio. A los trabajadores que tienen posiciones fijas, y ponen su atención muy cerca de ellas, se les permitiría mirar más extensamente y manejar cosas que tendieran a extrovertirlos. Este programa sería muy ambicioso. Pero ciertamente se encontraría que conduciría a mejores relaciones entre la dirección y los trabajadores, conduciría a una mejor producción y a una disminución considerable de la tensión pública y laboral con respecto a temas como los empleos y la paga.

En resumen, hay muchas cosas que podrían hacerse con el principio básico de la introversión y la extroversión.

El principio es muy simple. Cuando a un individuo se le introvierte demasiado, las cosas se vuelven menos reales a su alrededor, y les tiene menos afinidad y no puede comunicarse bien con ellas. En tales condiciones, se cansa con facilidad. La introversión provoca fatiga, agotamiento y después incapacidad para trabajar. El remedio para esto es la extroversión, una buena mirada al entorno más amplio y comunicación con él. Y a menos que esto se practique, entonces en vista del hecho de que cualquier trabajador está expuesto a lesiones y enfermedades de una clase u otra, sobrevendrá una espiral descendente que hará que el trabajo sea cada vez menos agradable hasta que al final no pueda ejecutarse en absoluto. Y tendremos la base no sólo de una sociedad improductiva, sino de una sociedad criminal.